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LEER EN FAMILIA.
Las personas que
viven en el núcleo familiar no ejercen de maestra/o en la tarea de leer; hacen
estrictamente de padres-familiares, es decir, incorporan a los niños/as a sus
prácticas, les muestran con su conducta, su afecto y sus valores, y también les
introducen en sus aficiones.
Junto con la escuela,
el núcleo familiar es el principal agente mediador entre la infancia y los
libros.
No se trata de
“perseguirles” con la lectura, ni de establecer horarios rígidos. Se trata más
bien de invitar, de despertar interés, de ayudarles a disfrutar del placer de
leer.
A continuación os
dejamos unas sugerencias: diez principios
importantes para crear buenos lectores.
Decálogo para la
familia.
1. Ser su ejemplo a
seguir.
Las personas adultas
somos un modelo de lectura para los niños. Si los niños nos ven leer en casa,
leer libros, revistas, cuentos, no sólo
en los teléfonos móviles, tablets y ordenadores…, seguirán nuestro ejemplo. Leamos
delante de ellos, disfrutemos leyendo.
2. Proponer, no
imponer.
Es mejor sugerir que
imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
3. Escuchar.
En las preguntas de
los niños está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus
dudas.
4. Compartir.
El placer de la
lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, contemos cuentos,
inventemos cuentos.
5. Acompañar.
El apoyo de la
familia es necesario en todas las edades. No hay que dejarles solos cuando aparentemente saben
leer.
6. Ser constantes.
Todos los días hay
que reservar un tiempo para leer. Leer en voz alta les viene muy bien. Hay que
buscar momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
7. Respetar.
Los lectores tienen
derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
8. Pedir consejo
El colegio, las
bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados.
Hagámosles una visita.
9. Organizarse
La desorganización
puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su
biblioteca…
10. Estimular, alentar
Cualquier situación puede
proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros
apetecibles al alcance de los niños.
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